Desde hace mucho tiempo, la frondosa selva tropical de Haití desapareció. Hoy en día, los montes rocosos y grises son un paisaje común allí.
La demanda por tierras de cultivo y combustible ha destruido una gran parte de la vegetación endémica de Haití, y convirtió un paraíso tropical en uno de los lugares más deforestados del planeta.
Una gran cantidad de especies de árboles completas fueron arrasadas para satisfacer los mercados crecientes de maderas duras valiosas, como la caoba, para Europa y Estados Unidos de América.
Ahora, como informa Associated Press, un nuevo proyecto, dirigido por una organización basada en EEUU., da una esperanza.
El Proyecto Floresta (Floresta Project) fomenta que los agricultores pobres planten árboles en las laderas yermas de Haití.
“Prefiero comprar madera en el mercado. Quiero dejar que mis árboles crezcan, que todos los que pasen vean que tengo árboles hermosos”.
Floresta calcula que han sido plantados alrededor de 200 000 árboles durante la última década. Asimismo, han otorgado micro préstamos para que los árboles frutales sean más productivos.
Estos incentivos han alentado a los pobladores para cesar la tala de árboles con el objeto de obtener tierras de cultivo, leña y carbón. Sin embargo, algunos continúan cortando árboles para obtener una ganancia rápida.
Las fogatas anaranjadas pueden verse en las noches en Puerto Príncipe, con nubes de humo gris que se elevan a la distancia, desprendidas de los trozos de carbón. En el mercado de Puerto Príncipe, se vende carbón.
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