El vuelo charter que despega cada mañana de Miami rumbo a La Habana parece un mercado ambulante, pues los exiliados cubanos regresan a la isla llevando desde lectores de DVD hasta bicicletas para sus familiares y amigos.
Tres días después de que el líder cubano Fidel Castro anunciara su renuncia al poder, en el Aeropuerto Internacional de Miami los carros portaequipaje de los exiliados están repletos de maletas con ropa, equipos electrónicos, cafeteras y repuestos para automóvil.
La abundancia de artículos, resultado de un pequeño cambio en las regulaciones aduaneras en Cuba introducido por el presidente interino y posible sucesor de su hermano, Raúl Castro, podría ser una señal de lo que vendrá.
"Para sobrevivir en Cuba necesitas tener un familiar aquí," dijo un hombre llamado Hernández, un enfermero de 28 años que se dispone a visitar Cuba por primera vez desde que salió hace 19 años.
"Llevo principalmente ropa, medicinas, todo tipo de cosas que uno no puede encontrar allí," comentó, señalando sus maletas. "Ropa interior. Allá la gente no tiene ropa interior."
Hernández lleva además una silla de ruedas para su abuela.
La escena ilustra la escasez de artículos de consumo y las dificultades cotidianas en la isla de Gobierno comunista.
Pero es también una señal del posible cambio en momentos en que Fidel Castro, que ha gobernado Cuba desde 1959 mediante una estricta planificación centralizada, deja la escena a su hermano Raúl.
Muchos analistas creen que podría introducir moderadas reformas para impulsar la debilitada economía y mejorar las condiciones de vida.
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